Curioso el acta de un bautismo que tuvo lugar en la cántabra localidad de Arredondo el 7 de mayo de 1765. Recoge el nacimiento, 3 dias antes, de un varón - Manuel - que según su madre era hijo natural de Don Francisco Santelices, soltero y entonces vecino de la localidad de Escalante. De los abuelos paternos dijo esta señorita que "no los había conocido ni sabía sus nombres por lo que se remite a los libros de Baptizados, y casados de la Villa de Escalante". En cuanto a ella misma, dijo llamarse Juana Orustiaga y ser natural de Durango en Vizcaya, hija de Juan Orustiaga y María Teresa Miranda.
Pues bien, ahora que han pasado más de dos siglos podemos, con pocos clics de un ratón, comprobar que algo huele a chamusca en esta historia; hay gato encerrado. Gracias a la labor llevada a cabo por el Archivo Histórico Eclesiástico de Vizcaya - labor de valor incalculable para cosas serías, no meramente para temas ociosos como éste - se descubre que de 1700 en adelante no existió en Durango ninguna familia que correspondiera con los datos dados por la madre del bautizado: nada de Orustiaga, ninguna Juana con Miranda como segundo apellido, ningún bautismo o matrimonio de ningún familiar aparente... Nada de nada, vamos. Si acaso hay un granito de veracidad en todo ello, podríamos pensar que la madre fuese una Juana Rentería Miranda, hija de José y de Teresa Miranda, bautizada en la bilbaína parroquia del Señor Santiago el 26 de febrero de 1738; e incluso eso sin más motivo que el ser la única, al parecer, en toda la diócesis vizcaína cuyo nombre de pila, y el nombre completo de su madre, coincida con el de la pizpireta residente en Escalante.
Ignoro si este niño llegó a edad adulta, si fué aceptado por su reputado padre, si llegó a llamarse Santelices Orustegui... Hacia 1765, cuando tuvo lugar este bautizo, entiendo que la Casa de Escalante pertenecía al Eclesiástico Juan Antonio Santelices y Venero. El apartado de García Caraffa sobre este linaje no lo llevá más allá de esta generación; acaso el citado Don Francisco de Santelices era un pariente y eventual heredero del clérigo.
Escalante para trepar - socialmente, se entiende - habrá parecido una buena elección a esta Juana, pero socava a su propia credibilidad con este acta; si no puede a ciencia cierta identificarse a ella misma, ¿como creer que identifica correctamente al padre de su hijo? Tal vez "coló" en su dia pero hoy vemos que la verdad parece otra.
FUENTES: Archivo Capitular de Santander, Parroquia de San Pelayo de Arredondo, Bautizados 1732-1772, Fº 256; A. y A. García-Caraffa, Enciclopedia Heráldica y Genealógica Hispano-Americana, Tomo 83, P. 19; José de Rojas y Contreras, Historia del Colegio Viejo de S. Bartholomé Mayor de la celebre Universidad de Salamanca, Segunda Parte, Tomo Primero, P. 857
Pues bien, ahora que han pasado más de dos siglos podemos, con pocos clics de un ratón, comprobar que algo huele a chamusca en esta historia; hay gato encerrado. Gracias a la labor llevada a cabo por el Archivo Histórico Eclesiástico de Vizcaya - labor de valor incalculable para cosas serías, no meramente para temas ociosos como éste - se descubre que de 1700 en adelante no existió en Durango ninguna familia que correspondiera con los datos dados por la madre del bautizado: nada de Orustiaga, ninguna Juana con Miranda como segundo apellido, ningún bautismo o matrimonio de ningún familiar aparente... Nada de nada, vamos. Si acaso hay un granito de veracidad en todo ello, podríamos pensar que la madre fuese una Juana Rentería Miranda, hija de José y de Teresa Miranda, bautizada en la bilbaína parroquia del Señor Santiago el 26 de febrero de 1738; e incluso eso sin más motivo que el ser la única, al parecer, en toda la diócesis vizcaína cuyo nombre de pila, y el nombre completo de su madre, coincida con el de la pizpireta residente en Escalante.
Ignoro si este niño llegó a edad adulta, si fué aceptado por su reputado padre, si llegó a llamarse Santelices Orustegui... Hacia 1765, cuando tuvo lugar este bautizo, entiendo que la Casa de Escalante pertenecía al Eclesiástico Juan Antonio Santelices y Venero. El apartado de García Caraffa sobre este linaje no lo llevá más allá de esta generación; acaso el citado Don Francisco de Santelices era un pariente y eventual heredero del clérigo.
Escalante para trepar - socialmente, se entiende - habrá parecido una buena elección a esta Juana, pero socava a su propia credibilidad con este acta; si no puede a ciencia cierta identificarse a ella misma, ¿como creer que identifica correctamente al padre de su hijo? Tal vez "coló" en su dia pero hoy vemos que la verdad parece otra.
FUENTES: Archivo Capitular de Santander, Parroquia de San Pelayo de Arredondo, Bautizados 1732-1772, Fº 256; A. y A. García-Caraffa, Enciclopedia Heráldica y Genealógica Hispano-Americana, Tomo 83, P. 19; José de Rojas y Contreras, Historia del Colegio Viejo de S. Bartholomé Mayor de la celebre Universidad de Salamanca, Segunda Parte, Tomo Primero, P. 857