El patio del Centro Conde Duque, visto desde el Archivo de la Villa |
No soy muy de reclamar, como sabe quien bien me conoce; no porque me dé todo igual, ¡al contrario! sino meramente porque la experiencia me ha hecho creer que reclamar da igual. Lo que esté torcido se enderezará cuando le de la gana a quien compete, y no antes, pongan los usuarios una o cien reclamaciones.
En esta ocasión haré una excepción, esperando que el Ayuntamiento de Madrid haga algo para acabar con una deficiencia en el Archivo de la Villa, deficiencia que perdura ya desde hace tiempo, para incomodidad de los usuarios y, acaso, bochorno del personal del archivo. Me refiero a algo tan banal como es la crónica, ya casi permanente, imposibilidad de imprimir algo desde cualquiera de las máquinas lectoras de microfilm a disposición de los investigadores, debido - por lo visto - tan sólo a que no se provee al archivo de suficientes impresoras y cartuchos de toner.
Lo que parece una nimiedad adquiere tintes absurdos para quienes usamos frecuentemente este archivo. Nada más llegar, te inclinas hacia el suelo intentando ver en cuales de las máquinas hay una impresora conectada, pues no todas la tienen. Pides el microfilm al personal del archivo, y si hay suerte y encuentras lo que buscas, pulsas para imprimir la imágen. Pero... sale media página en blanco. O sale con rayas alternas blancas y negras, como un uniforme carcelero. Abres la impresora, golpeas la caja de toner contra la bandeja, vuelves a colocarla, y así otra vez. Si en el tiempo que investigas encuentras diez documentos que quieres imprimir, puede ser que diez veces tengas que abrir, golpear y reponer, y aún así sólo saques hojas impresas, literalmente, a medias tintas. Nuevamente te levantas, das una vuelta a la sala para ver si alguna otra impresora parece estar funcionando, porque si es así igual rebobinas el microfilm, te cambias de máquina y empiezas otra vez. Te alteras y pierdes tiempo.
El problema no es nuevo y aparte de que los inconvienientes sean múltiples, choca que algo tan sencillo de arreglar esté entorpeciendo el funcionamiento del archivo. Sí, los investigadores desde siempre hemos hecho apuntes, pero ¿y sí has encontrado algo realmente insólito, y necesitas imprimir la hoja como fuente primaria? ¿Y si meramente necesitas justificar para un trabajo o un profesor que has consultado los fondos que se te mandó? ¿Y si estás haciendo unos análisis de tal cantidad de datos - pongamos, posición socioeconómica de los inmigrantes empadronados en Madrid a principios del siglo XX - que la única forma de hacerlo bien es imprimir las hojas en que se hallan los datos que buscas, para luego introducirlos en una tabla, porque si intentaras hacerlo todo in situ, prácticamente tendrías que dormir en el archivo?
Por último, señalar que quienes atienden al público en la sala de consultas son los primeros interesados en que resuelva esta situación, ya que a ellos como es lógico no les gusta tener que atender todos los días a investigadores frustrados por el mismo problema. De hecho ha sido por insistencia de alguno de ellos que me he molestado en poner esta queja, ya que lo mío generalmente hubiera sido tragarme la frustración e irme mascullando tacos por haber encontrado algo importante pero no haber podido llevarme una imágen de ello.
Ojo: que no se diga que la falta de toner se debe exclusivamente a temas presupuestarios, pues el archivo cobra por cada hoja que se imprime, con lo cual el toner lo pagarían justamente quienes usamos el servicio; y si el precio cobrado por copia actualmente es muy bajo, pues que se aumente, ya que estoy seguro que los investigadores preferiríamos pagar más para tener la certeza en todo momento de poder imprimir los documentos de nuestro interés, a la situación actual en que se cobra un precio muy bajo... mejor dicho, se cobraría, si es que se pudiera imprimir algo.
En esta ocasión haré una excepción, esperando que el Ayuntamiento de Madrid haga algo para acabar con una deficiencia en el Archivo de la Villa, deficiencia que perdura ya desde hace tiempo, para incomodidad de los usuarios y, acaso, bochorno del personal del archivo. Me refiero a algo tan banal como es la crónica, ya casi permanente, imposibilidad de imprimir algo desde cualquiera de las máquinas lectoras de microfilm a disposición de los investigadores, debido - por lo visto - tan sólo a que no se provee al archivo de suficientes impresoras y cartuchos de toner.
Lo que parece una nimiedad adquiere tintes absurdos para quienes usamos frecuentemente este archivo. Nada más llegar, te inclinas hacia el suelo intentando ver en cuales de las máquinas hay una impresora conectada, pues no todas la tienen. Pides el microfilm al personal del archivo, y si hay suerte y encuentras lo que buscas, pulsas para imprimir la imágen. Pero... sale media página en blanco. O sale con rayas alternas blancas y negras, como un uniforme carcelero. Abres la impresora, golpeas la caja de toner contra la bandeja, vuelves a colocarla, y así otra vez. Si en el tiempo que investigas encuentras diez documentos que quieres imprimir, puede ser que diez veces tengas que abrir, golpear y reponer, y aún así sólo saques hojas impresas, literalmente, a medias tintas. Nuevamente te levantas, das una vuelta a la sala para ver si alguna otra impresora parece estar funcionando, porque si es así igual rebobinas el microfilm, te cambias de máquina y empiezas otra vez. Te alteras y pierdes tiempo.
El problema no es nuevo y aparte de que los inconvienientes sean múltiples, choca que algo tan sencillo de arreglar esté entorpeciendo el funcionamiento del archivo. Sí, los investigadores desde siempre hemos hecho apuntes, pero ¿y sí has encontrado algo realmente insólito, y necesitas imprimir la hoja como fuente primaria? ¿Y si meramente necesitas justificar para un trabajo o un profesor que has consultado los fondos que se te mandó? ¿Y si estás haciendo unos análisis de tal cantidad de datos - pongamos, posición socioeconómica de los inmigrantes empadronados en Madrid a principios del siglo XX - que la única forma de hacerlo bien es imprimir las hojas en que se hallan los datos que buscas, para luego introducirlos en una tabla, porque si intentaras hacerlo todo in situ, prácticamente tendrías que dormir en el archivo?
Por último, señalar que quienes atienden al público en la sala de consultas son los primeros interesados en que resuelva esta situación, ya que a ellos como es lógico no les gusta tener que atender todos los días a investigadores frustrados por el mismo problema. De hecho ha sido por insistencia de alguno de ellos que me he molestado en poner esta queja, ya que lo mío generalmente hubiera sido tragarme la frustración e irme mascullando tacos por haber encontrado algo importante pero no haber podido llevarme una imágen de ello.
Ojo: que no se diga que la falta de toner se debe exclusivamente a temas presupuestarios, pues el archivo cobra por cada hoja que se imprime, con lo cual el toner lo pagarían justamente quienes usamos el servicio; y si el precio cobrado por copia actualmente es muy bajo, pues que se aumente, ya que estoy seguro que los investigadores preferiríamos pagar más para tener la certeza en todo momento de poder imprimir los documentos de nuestro interés, a la situación actual en que se cobra un precio muy bajo... mejor dicho, se cobraría, si es que se pudiera imprimir algo.