Tuesday, 25 December 2018

¿Feliz? Navidad y ¿Próspero? Año Nuevo

Éste no ha sido un buen año para los archivos españoles, o al menos como usuario no se percibe que lo fuera; más bien todo lo contrario. Ya en enero glosé en otro blog las dificultades para obtener del Archivo Histórico Nacional un puñado de fotocopias, media docena, que en principio me dijeron que tardarían un año; al final "sólo" fueron cinco meses, desencorchemos el cava. Claro que aún así ha sido mucho mejor que los quince meses de las últimas imágenes que pedí del Archivo General de Índias. Ha habido dignísimas excepciones a esta tendencia a ir a peor (¡Gracias, Simancas!) pero en general el año me ha traído una serie de desencuentos con archivos de diversas administraciones y regiones: de cartas no contestadas, fondos catalogados pero que no aparecen, cierres fortuitos justo el día en que uno llega... Entre septiembre y diciembre no había acceso para investigar en el Archivo Diocesano del Ejército (vean otro blog mío, ¡cómo me gusta dar la lata!) y ahora a pocos días de acabar el año la noticia nefasta de que el Archivo Militar de Ávila, otro que en el pasado me ha brindado excelente servicio, también limita el acceso por falta de personal.

Falta de recursos, falta de personal, falta de... todo. Hay archivos que cuando uno se desplaza y ve el terreno, ya es menos sorprendente que no le contestan los e-mails: no hay catálogo ni instrumentos de descripción y el "personal" muchas veces es una sola persona, a veces presente solamente a tiempo parcial, a veces incluso una contratación ocasional para cubrir un vacante, que tiene mucha buena voluntad pero ni la más mínima idea de donde se halla tal o cual fondo, por mucho que aparezca citado en alguna tésis.

Curiosamente, a la par que tantos archivos patrios están en paños menores, abunda el patriotismo de carton piedra. Por ahí se escribe de los temas históricos más diversos, desde lavar la cara a la Inquisición, a resaltar lo mucho mejor organizadas y gobernadas que estaban las colonias americanas de España, perdón los reinos de Ultramar, que los de Inglaterra (seguramente por ello duraron tanto más bajo su respectiva corona), pasando por un sinfín de tópicos sobre Gibraltar y la Guerra Civil Española. Lo que echo en falta es un sincero interés no por repetir lo que ya se sabe o se cree saber, sino para remediar la llamativa disparidad entre los medios de los archivos que custodian aquí las pruebas de todo aquello, y lo que se gasta y se ofrece en archivos de otras naciones.

Porque los héroes, donde se hallan, es en los archivos. No me refiero a los espadones decimonónicos cuyos apellidos se repiten de forma cansina en el callejero de medio país. Me refiero a los legiones de humildes olvidados que salieron de cada pueblo, cada aldea, de parajes acaso hoy despoblados y olvidados. Ese miliciano idealista que apoyó a Espartero, el mutilado que jamás volvió a andar bien después de Wad-Ras, aquel hijo único que murió en el frente del Ebro, llevando a sus padres a tener otro hijo más y volver a darle el nombre de pila del difunto, 19 años después de haber nacido aquél... Quienes removemos frecuentemente los papeles de otras épocas estamos acostumbrados a encontrar migajas de historias reales mejores, en muchos casos, que la última novela que hemos leído. Lamentablemente, por la falta de recursos, esas historias ahí se quedan, mientras se gastan cuantiosas sumas en rescatar nosequé, o en proyectos de vanidad del gobierno central o regional de turno. Qué triste que, más que un verdadero interés en salvar y difundir aquellas pequeñas historias de sufridos españoles de otras épocas, lo que parece haber en ciertos colectivos y medios no es más que un deseo de sacar pecho delante del vecino, porque eso sí resulta grato y barato.

Realmente no es mí problema, soy güiri y algún día me iré por donde he venido, pero mientras tanto, vuestra decepción ante tales estrecheces surgidas de la dejadez es la mía. Mi deseo, pues, para el año que pronto empieza es que simplemente que la dotación material de los archivos de España sea dignamente proporcional al amor por la patria que tanto hincha la boca a algunos.

Tuesday, 13 November 2018

Inaccesibilidad del Archivo Eclesiástico del Ejército de Tierra

La falta de recursos en archivos españoles no es, lamentablemente, una noticia nueva. Paulatinamente llegan a ser noticia - rara vez - más allá del círculo reducido de investigadores quienes acudimos a ellos con regularidad, y casi siempre es en relación con un cierre de puertas y la inaccesibilidad a los fondos que ello conlleva; por ejemplo, el cierre por falta de personal del Archivo General de la Marina en Viso del Marqués, durante casi un año, sí trascendió en medios generalistas.

Con tristeza constato que parece estar ocurriendo algo similar, y en un archivo destacado cuyos valiosísimos fondos muchas veces me han sacado de dudas y proporcionado pistas para desencallar investigaciones atascadas: el Archivo Eclesiástico del Ejército de Tierra, en Madrid.

A poco de volver de las vacaciones de verano empecé a llamar al teléfono de contacto para pedir cita previa para la consulta. Me extrañó que no contestara nunca nadie, por lo que les envié un correo electrónico el 19 de septiembre, preguntando si acaso habían cambiado de teléfono. Me respondió alguien, rápidamente, escribiendo que "por motivos de falta de personal, bajas y vacaciones" el archivo estaba cerrado a los investigadores "hasta nueva fecha" y recomendándome que "mande un correo cada semana o 15 días para informarle cuando se podrá venir a investigar".

Más que 15 días, dejé todo el asunto tranquilamente casi un mes, volviendo a escribirles el 11 de octubre, día en el cual escuetamente se me contestó que "El servicio de investigación permanece cerrado, cuando se reanude nos pondremos en contacto con usted."

De esto ya ha pasado otro mes, y al haber ido de un "escríbanos" a un "ya le escribiremos", me da la sensación que la solución, más que acercarse, se aleja. A medida que se acerca diciembre con su rosario de días no laborables me asalta el temor de que esto va para el 2019. Mientras tanto, si los problemas en septiembre eran "falta de personal, bajas y vacaciones" entiendo que sigan sin resolverse los primeros dos, pero el tercero no.

En fin, todo bastante lamentable, y lo comparto aquí para ver si a quien compete resolver esta situación le interesa mover ficha, pues no debo ser yo el único usuario afectado y no parece que esperando pacientemente de brazos cruzados vayamos a conseguir nada.

Thursday, 25 January 2018

¡YA SOMOS MÁS DE 1.000 por traer el siglo XXI a los Archivos Estatales! Gracias.

Todo un hito. Acaba de rebasar las mil firmas esta petición: 
Han llegado muestras de apoyo en varios idiomas y de todo el mundo. Aquí algunos ejemplos entre los últimos comentarios:


Uno de los comentarios que más me gusto fue de la Dra. Stephanie Wright, quien escribió en inglés que su doctorado (en un tema de historia española) hubiera tardado la mitad si hubiera podido hacer las fotos que necesitaba ella misma, en lugar de esperar durante meses y meses remesas de fotocopias.

Es ésta última justo el tipo de situación al que aludía yo en la queja que presenté al Ministerio de Educación Cultura y Deporte hace ya más de dos semanas por el patético funcionamiento del servicio de fotocopias en el Archivo Histórico Nacional (recordemos: seis meses para facilitar siquiera una hoja fotocopiada), cuyo texto - que facilité en este mi blog en inglés y español - ya ha sido leído también por más de mil personas entre ambos idiomas:

Lo que no sé aún es si lo ha leído alguien en el Ministerio, pues a día de hoy aún no he recibido respuesta, aunque naturalmente confío en recibirla dentro del plazo que marca la ley.

 

Friday, 12 January 2018

My Complaint Filed with Spain's Ministry of Culture

Here is the English text, the original Spanish version already having been blogged here:

A few days ago at the National Historical Archive, when I asked about obtaining copies of a 19th century record, I was told by a member of staff that the Urgent Photocopy Service (a policy that allowed archive users to obtain up to 50 copies a month within 24-48 hours) has been 'suspended indefinitely' and, perhaps as a result of this, the backlog wait time to receive any amount of copies requested through 'normal' service is now around SIX MONTHS.

In these conditions reprographic services at the principal archive operated by Spain's Ministry of Culture are not merely unworthy of the 21st century; they don't even limp up to the benchmark for the 20th century. I am certain this is not the fault of the searchroom staff; I'm not sure whether what is lacking are photocopy machines or supplemental, even temporary, staff to operate them, but neither seems like they would require a heroic effort to provide. I think this lack of material and/or human resources reveals officialdom's disinterest, if not disdain, for archives mainly but also for researchers. Let's imagine a hypothetical research project requiring work in several different archival units of records. Suppose they are especially long bundles of documents, perhaps written in one of the more challenging hands (such as the 'encadenada' script used by the Inquisition) which really puts our palaeographical skills to the test. Well, in what would be normal conditions for the year 2018, a researcher could: either request, using the Urgent Photocopy Service I mentioned above, copies of the most crucial pages in the record, have them in hand within 48 hours and then take as much time as needed to decipher them; or, take his or her own photographs of whole record (paying, if the archive charges it, the appropriate daily fee for use of a camera) and then later select and work on the passages of interest; or, order photocopies of the whole thing and then spend extra time on the records, nights and weekends - but not after having had to wait for half a year to even get started! Under current conditions the only way to work with the records at all is to spend however many hours it takes on-site at the archive, conditions detrimental in many ways to researchers: those who travel from outside Madrid will have to pay for more nights at a hotel; those who aren't students or researchers on a grant will have to take more time out from their other obligations to spend more hours sitting at a desk in the searchroom. Those who have doubts about the meaning of a specific abbreviation or have trouble making sense of some ancient record's archaic syntax won't be able to take home a copy to spend more time with, but instead will have to make snap decisions about the contents, with all the possible pitfalls that come with rushing one's work. I have no doubt that such logistical hurdles will lead to more than one research project being abandoned altogether, owing to the sharp increase in the number of hours they require researchers to spend on-site at an archive, compared to what it could and should be.

And all this when Spain's government happily pours millions into the bottomless pit of bailouts for banks and toll roads. Further comment is superfluous, shame sadly lacking.

Tuesday, 9 January 2018

Queja al Ministerio de Educación, Cultura y Deporte

En los próximos días acudiré al Archivo Histórico Nacional aquí en Madrid para devolverles, debidamente rellenado, este formulario que me dieron para reclamar por la absurda situación que atraviesa el servicio de reprografía en dicho archivo. Reproduzco aquí una imágen del formulario, con los datos personales ocultados, donde podrán ver mi reclamación escrita en el mismo tamaño de fuente que emplea gran parte del formulario. Pero, para que resulte más fácil su lectura a quienes visiten mi blog, reproduzco aquí el texto íntegro; y por el gran interés que los archivos españoles despiertan en estudiosos de todo el mundo, próximamente reproduciré aquí el texto en inglés.

Cito: Hace pocos días en el Archivo Histórico Nacional, al interesarme por obtener fotocopias de cierto documento del siglo XIX, el personal de sala me informó de que se halla "suspendido" el servicio de fotocopias urgentes (que antes permitía a los usuarios obtener hasta 50 copias al mes en un plazo apróximado de 24 horas) y que, tal vez como consecuencia de esto, el tiempo de espera para fotocopias "normales" ahora roza los SEIS MESES.

Con esto el servicio reprográfico en el decano de los archivos españoles no sólo no llega al siglo XXI, sino que ni es digno del siglo XX. Seguramente esto no es imputable a los técnicos de sala; ignoro si lo que falta son fotocopiadoras o personal para operarlas, pero aportar una cosa u otra no parece requerir un esfuerzo heróico. Creo que esta carencia de recursos materiales y tal vez humanos pone de manifiesto el desinterés, cuando no el desprecio, de la oficialidad por lo archivos, en primer lugar, y más aún si cabe por los investigadores. Pensemos en una hipotética investigación que requiere la consulta de varios legajos. Acaso son legajos muy extensos, puede que con una letra (la temida "encadenada") que pone a prueba nuestra pericia paleográfica. Pues bien, en unas condiciones normales para el año 2018, el investigador podría: o pedir fotocopias urgentes de la sección que le interesase, para un par de días más tarde, llevárselas y descifrarlas tranquilamente; o hacer sus proprias fotografías de todo el documento (abonando, si el archivo lo requiriera, una tasa por el uso de una cámara) para luego identificar y sólo descifrar los pasajes relevantes; o bien, pedir fotocopias del todo, si hiciera falta, para acaso dedicarle horillas extras los fines de semana o festivos ¡pero no tener que deshojar la mitad del calendario antes de tenerlas en mano! Con la situación actual la única forma de consultar los documentos es presencialmente y pasando en el archivo las horas que hagan falta, perjudicando de muchas maneras a los investigadores: quienes acuden desde fuera de Madrid tendrán que costearse un hotel durante más noches; quienes no sean estudiantes, o investigadores a tiempo completo, tendrán que ausentarse de sus lugares de trabajo o de estudio para pasar más horas en su pupitre de la sala de consulta. Quienes tengan dudas sobre alguna abreviatura, o la sintáxis arcaica de un documento, no podrán llevarse una copia para meditar sobre su correcto descifrado, sino que tendrán que decidir en el acto sobre su contenido, con los posibles errores a los que conduce la prisa. No dudo que este obstáculo logístico lleve a la larga a abandonar más de un proyecto de investigación, al incrementar sensiblemente el número de horas que obliga al estudioso a pasar en un archivo, frente a lo que debiera y pudiera ser.

Y esto en la España en que el gobierno alegremente vierte millones al pozo sin fondo de los rescates de bancos y autopistas. Sobran los comentarios y falta vergüenza."