Ayer por fin se desveló el escudo concedido por la autoridad heráldica escocesa a Donald Trump, asunto de cuyos avatares ya he hecho eco anteriormente en este blog. La noticia fué recogida en varios medios escoceses ayer, y hoy comienza a serlo en Estados Unidos. Lamentablemente no parece haberse publicado - todavía - una representación en color del escudo, ni su blasón; pero sí se ha explicado la motivación de algunas de las piezas que en el escudo figuran. El águila bicéfalo denota que Trump tiene raíces en dos países (su padre era hijo de alemanes, su madre nació en Escocia) y el águila a su vez sujeta en cada garra una bola de golf. Las estrellas hacen alusión a la bandera de EE.UU. Como lema, 'nunca rendirse'.
El interés de este millonario por hacerse con un escudo da que pensar. Si en España se instaurase una autoridad heráldica, habría que fijar sus honorarios, que lógicamente se podrían repartir en alguna medida entre la Casa Real y el cronista de armas de turno. Esto acaso podría ser una fuente para sufragar algunos gastos de la Familia Real de manera ajena al erario público, de igual manera que en Inglaterra el Príncipe de Gales se autofinancia a través de la explotación agrícola de los terrenos del Ducado de Cornwall.