Wednesday 18 July 2012

Irish in Spain (V): O'Ryan of Seville, and Mexico

At the Cathedral in Mexico City in March 1822, Don Daniel O'Ryan, a 33-year-old native of Seville, son of Don Baltasar O'Ryan and Doña María Rafaela (Vanhez?), married Doña Manuela Payno, an 18-year-old Spaniard native to Badajoz.

Daniel was probably a son of this Baltasar O'Ryan, who won a Royal Warrant from the Royal Chancellery of Granada in 1806 upholding his gentry status, or hidalguía. 

SOURCE: Informaciones Matrimoniales 1822, Asunción-Sagrario Metropolitano, México; www.familysearch.org

Monday 16 July 2012

An heraldic surprise

Upon downloading a copy of Granville Leveson Gower's Genealogy of the Family of Gresham from Google Books, I was pleased to spot this heraldic bookplate on the inside of the front cover. It was the bookplate of Cecil Foljambe, subsequently the 1st Earl of Liverpool of the 1905 creation. The book was published in 1883, and Foljambe did not become Baron Hawkesbury for another 10 years; I'm not a bookplate collector but I imagine any bookplates of his with the Earl's coronet would be quite rare, as he held the title for barely a year before his death.

Wednesday 11 July 2012

Curiosidades Genealógicas (XXV): Familia Toscano-Catalana en la Castilla Decimonónica

No sé qué hubieran pensado durante el reciente partido entre La Roja y los Azzurri. En 1871 encontramos en Aranda de Duero a una interesante pareja Toscano-Catalana. El 25 de agosto de aquel año bautizaron en la hermosa iglesia gótica de Santa María a una hija suya, Luisa. El padre, Paolino Michelini, era natural de Tereglio, en Lucca; la madre, María Remedios Suñol, natural de Villafranca del Panadés, en la diócesis de Barcelona. Los abuelos: paternos, Luigi Michelini y Candida Orlandi; maternos, José Suñol y Rosa Esteba. 

FUENTE: Parroquia de Santa María, Aranda de Duero, Bautizados 1868-1877, P. 127 verso, Archivo Diocesano, Burgos.

Monday 9 July 2012

El Contencioso del Ducado de Fernandina, y el Reparto de los Títulos

Hoy quiero hablar de nobiliaria. Cierto titular, leído hace unos días, me ha dado de qué pensar: la noticia de que, por ciertas desavenencias familiares, la Duquesa de Fernandina había sido despojada de su titulo por el Ministerio de Justicia.

COA Dukedom of Medina Sidonia No tengo el placer de conocer a ninguna de las partes en esta causa, pero el tema invita a una reflexión en torno a la manera en que los títulos se reparten en las grandes casas. Según entiendo, el Duque de Medina Sidonia dispone de al menos otros dos títulos que pudiera repartir a su hijo, por lo que llama la atención que precise quitarle a su hermana el que lleve ella; así como el hecho de que el hermano menor de ambos no haya recibido titulo alguno.

Mas allá de lo recogido por el Derecho Premial, yo siempre he pensado que un titulo que no se utiliza, que no esta en circulación, deja hasta cierto punto de cumplir con su función: se convierte en algo análogo a un retrato olvidado en un trastero. Porque entiendo que una de las funciones de un titulo debería ser mantener vivo el recuerdo de quien lo recibió: que quien hoy lo ostente sea recordatorio viviente de que hubo alguna vez un Conde de X que ganó una batalla/tomó una fortaleza/prestó dineros al Rey, o un Duque de Z que capturó una ciudadela/repeló invasores/fue el espadón de un pronunciamiento.

En algunas casas, títulos que alguna vez fueron gloria de sus linajes se amontonan, ocupan el 19º lugar por detrás de otros "mas relevantes", por los que es conocido quien los ostenta; y no "circulan" salvo si uno se toma la molestia de buscarlos en una guía de títulos y grandezas.

Es por ello - y en atención a casos como el que hoy nos ocupa - que yo creo que fuera positivo una reforma legislativa que fomentara que en casas nobles en los que actualmente recaen múltiples títulos - digamos, 3 o mas - se repartieran entre los familiares vivos y con derecho a ellos. Se podría incluso ofrecer algún aliciente económico sobre las tasas de sucesión para que resultara mas atractiva la propuesta. De esta manera, acaso se aminorarían las disputas entre familiares por llevar o no llevar uno de los títulos tradicionales de la casa: y a su vez se volverían a poner en circulación muchos títulos que hoy subyacen tan olvidados como quien los gano.

Se me dirá que la idea misma atenta contra la manera en que los títulos se heredan en las casas nobles. Sí, pero (como decimos en ingles) ese barco ya ha zarpado. Zarpó con la reforma del 2006, que modificó la tradicional preferencia por el varón en la herencia de los títulos. Para bien o para mal, con esa reforma - muy cuestionada en su día - se abrió la veda a alterar el orden milenario de estas cosas. Habiendo sido, pues, declarado el estamento susceptible a reformas, no tengo el menor reparo en proponer ésta mía, confiando plenamente en la falta total de interés que suscitará.